El origen del mundo, según la mitología griega

Eurínome y Ofioón

El origen del mundo, según la mitología griega

La Diosa Eurínome

En el principio…

¿Qué mejor forma de inaugurar mi blog, que con una historia sobre un origen? Y como somos muchos los fanáticos de la mitología griega, la elección se caía de madura. Así que aquí vamos:


Al principio, sólo existía un gran vacío: La oscuridad y la nada lo cubrían todo. Pero un día el vacío se aburrió de ser sólo un vacío y engendró algo. Algo que no se sabe muy bien qué forma tenía, pero que todos estuvieron de acuerdo en llamar “El Caos”.

Ese caos primordial, ya en esa época, era bastante audaz, por lo que decidió engendrar algo: Una diosa. Emergió desnuda de aquel caos (no, no es una porno, es que todavía no se había creado la ropa). Su nombre era Eurínome, que significa “la diosa de todas las cosas”.

Sí, ya sé lo que estás pensando. No lo digas. No. ¡He dicho que no! No es el dios cristiano. ¡Por favor! ¡Estamos hablando de una cultura totalmente distinta!

Continuando…

Muy bien, aclarado ese punto, continuemos. Eurínome debió sentirse muy incómoda flotando desnuda en medio de la nada y decidió poner un poco de orden en todo este asunto: Trazó una línea con su dedo índice, justo debajo de sus pies y, con esta acción separó dos realidades distintas: El cielo y el mar.

Se ve que se sintió muy satisfecha con la tarea porque ahí nomás se puso a bailar. Y giraba y giraba (y no se mareaba). Pero algo salió mal: Las aguas se agitaban debajo de sus pies. Sinembargo, se dio cuenta de que también podía desplazarse. Así que decidió dirigirse hacia el sur. ¿Y donde estaba el sur? Pues donde a ella se le cantaba. Después de todo, era una diosa.

Con ese movimiento, sin quererlo, había creado algo más: Bóreas, el viento del norte, que la seguía muy de cerca. La pobre debió sentirse acosada, porque ahí nomás lo tomó en sus manos y comenzó a amasarlo. Entonces, creó algo más:

bóreas
bóreas

Eurínome y Ofión

Y de tanto amasar a bóreas, que no tuvo ni voz ni voto en todo el asunto, terminó creando a una serpiente. Pero no cualquier serpiente. Esta serpiente era hombre (dato que cobrará importancia en un momento). Su nombre era Ofión. Eurínome siguió bailando como si nada. Se ve que a Ofión le copó la onda del baile, porque se empezó a enroscarse alrededor de la diosa y a bailar con ella. Los eruditos no están del todo seguros de cómo pasó, pero en algún punto, de aquel bailongo primordial, la cosa se puso muy porno. Porque al toque, nuestra diosa quedó embarazada.

A todo esto, el pobre de Bóreas había salido corriendo (o volando, no se sabe) no fuera cosa de que terminara embarazado él también. Así que no volveremos a saber de él por ahora.

El embarazo

La cuestión es que a Eurínome no le pareció apropiado para una diosa cursar su embarazo en forma humana y, ahí nomás, se transformó en una paloma.

Se posó delicadamente sobre las aguas y puso un huevo de plata: El huevo universal.

En este punto, a Ofión se le despertó el instinto paternal y se enroscó alrededor del huevo. En algunas versiones le dio siete vueltas, en otras veinte. La cosa es que lo empolló y, al cabo de un rato, el huevo se partió por la mitad y, de él, surgieron todas las demás cosas: la tierra, la luna, el sol, los planetas y, por supuesto, los otros dioses.

De uno de los dioses en particular, el dios Eros (más conocido como Cupido) se dice que fue quien puso en marcha a todo el universo. Pero era un arma de doble filo, porque con sus flechas hacía que cualquiera se enamore de cualquiera. Muchas veces ese amor no era correspondido. Ya en ésa época el tema era motivo de preocupación.

En otras versiones, Eurínome era hija de Tetis y Océano.

Ofión y huevo
Ofión enroscado en el huevo universal

Un matrimonio destinado a fracasar

Luego de celebrar los milagros de la creación, Eurínome y Ofión se fueron a vivir al Olimpo. Pero al poco tiempo comenzaron los roces. Ofión se dejó llevar por la inseguridad masculina y no se le ocurrió mejor idea, que autoproclamarse el verdadero creador del universo.

Eurínome, como buena feminista empoderada que era (o sea, creó un universo entero ¿Qué más se le puede pedir?) le pisó la cabeza con el talón, le arrancó los dientes y lo arrojó al tártaro para que aprenda.

Su relación con Zeus

gracias

Los griegos, en su afán de legitimar el poder de Zeus como rey de los dioses, buscaron relacionarlo con todo, aún a costa de crear inconsistencias argumentales como la que estoy a punto de relatar.
Pero lo que me parece más llamativo, es el hecho de que, para tal propósito, lo convirtieron en un mujeriego de leyenda. Y Eurínome no fue la excepción.
La cuestión es que Zeus la vio allí danzando muy chocha de la vida, y se enamoró de su belleza y su gloria. Tal fue la calentura de nuestro dios libidinoso favorito, que ni siquiera le importó que la mujer ya estuviera ocupada con el tal Ofión y, sin siquiera preguntar si daba para un trío, él se mandó como pancho por su casa. Embarazó a Eurínome (sí, otra vez) y con ella tuvo a las tres gracias: Aglaya, Eufrósine y Talía.

Y no, no es esta Talía. Su apellido se escribe diferente:

Thalía
Thalía

Bibliografía


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