El horror corporal de Sémele

Sémele y Zeus

El horror corporal de Sémele

Hoy relataré una historia de la mitología griega, que parece salida de una de esas películas de terror, donde los cuerpos se deforman más allá de la imaginación.

Te presento a Sémele

Sémele era una princesa de Tebas, hija de Cadmo y Harmonía. Al parecer, era muy hermosa, porque Zeus se enamoró de ella y comenzó a cortejarla. La muchacha parecía corresponderle.

Protección ante todo

Y no, no estoy hablando de preservativos. Resulta que los dioses no pueden mostrar su verdadera forma a los humanos, por motivos de seguridad que desarrollaré más adelante. Así que Zeus se presentaba ante Sémele disfrazado de otro hombre.

Juntamos ADN de papá, ADN de mamá…

Fruto de esa relación, Sémele quedó encinta. Zeus, para variar, estaba entusiasmado con su nuevo hijo.

La esposa despechada ataca denuevo

Pero Hera estaba terriblemente celosa, y decidió disfrazarse como una anciana, para presentarse ante Sémele, sin que la muchacha sospechara de sus intenciones.

Comenzaron a conversar y, en cuanto tuvo la oportunidad, Hera le insinuó a Sémele, que el padre de su hijo podría no ser el verdadero Zeus, sino un impostor, que se estaba aprovechando de ella.

Y la duda quedó sembrada

Sémele no le creyó, y despidió a la anciana, pero luego su cabeza empezó a darle vueltas al asunto. Finalmente, decidió buscar la verdad.

Ah, las discusiones de pareja…

Cuando Zeus llegó, Sémele le exigió que se quitara el disfraz. Al principio, Zeus se negó, pero la discusión se fue poniendo cada vez más acalorada y, en un arranque de ira, el dios se quitó su disfraz.

Al instante, Zeus comprendió que todo aquello había sido una conspiración de su esposa, y tuvo toda la eternidad para arrepentirse.

¡Eso sí que es hot!

La luz que emitía Zeus en su verdadera forma derritió a Sémele. Ya no era posible salvarla, pero el niño seguía vivo. Así que Zeus tomó la placenta con el niño dentro y la cosió a su muslo. Allí continuó la gestación.

A los tres meses, nació Dionisos, con ayuda de Hermes, en el monte Pramnos, de la isla Icaria.

Hay que proteger al bebé

Para que su esposa no encontrara a Dionisos, Zeus pidió nuevamente ayuda a Hermes, que lo llevó a Atamante e Ino. Ellos lo ocultaron en Orcómeno, lo vistieron con ropas de mujer y lo camuflaron en un harén.

Pero Hera descubrió el escondite, y mandó a locura a la casa de Orcómeno. Una vez más, Hermes rescató a Dionisos: lo convirtió en cabrito y se lo llevó a Nisa. Allí lo criaron las ninfas, junto con Sileno, el jefe de los sátiros.

Y el niño creció

Para cuando Hera volvió a encontrarlo, Dionisos ya era un hombre fuerte y atractivo, como sería de esperar del dios del vino y la vendimia.

Aquí una escultura suya:

estatua de dionisos
estatua de dionisos

Bibliografía

  • Antes del Principio, de Ariel Pytrell
  • Wikipedia

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