El arca de Noé: Plagio di plagio

Deucalión y Pirra, de Giovanni Maria Bottalla

El arca de Noé: Plagio di plagio

Todos conocemos la historia bíblica del diluvio universal. Lo que no todo el mundo sabe, es que esta historia se repite en varias culturas más antiguas. Existe una versión griega y otra más antigua: El relato de Utnapishtin del poema de Gilgamesh. Y como este blog no es sobre la biblia, me limitaré a contar la versión griega.

Un dios enojado

Cierto día, Zeus visitó la corte del rey Licaón, en Arcadia, y se llevó una gran decepción respecto al género humano. Así que decidió, así, sin más, poner fin a la Edad del Bronce.

Primero pensó en enviar lenguas de fuego a la tierra, pero temió que las llamas pudieran alcanzar el Olimpo. Así que cambió de idea y decidió enviar fuertes tormentas eléctricas, que inundaron la mayor parte de la Hélade. La mayoría de los hombres perecieron. Sólo unos pocos se refugiaron en lo alto de las montañas.

El héroe entra en escena

Deucalión era hijo de Prometeo y una de las oceánides (según la versión, Pronea, Hesíone o Clímene). Fue rey en las regiones próximas a Ftía. Su esposa era Pirra, hija de Epimeteo y de Pandora.

De alguna forma, el plan de Zeus llegó a oídos de Prometeo. El titán le advirtió a Deucalión y Pirra que construyeran un barco para refugiarse de la tormenta. En ésta versión, no se menciona ningún animal.

¡A navegar!

La nave soportó el diluvio por nueve días y nueve noches, y quedó encallada en la cima de una montaña (según la versión, Parnaso, Etna, Atos u Otris). Entonces, Deucalión y Pirra volvieron a tierra firme y la encontraron completamente desolada.

Por alguna razón, decidieron hacer un sacrificio en honor a Zeus Fixio y luego consultaron el oráculo de Delfos, que en esa época pertenecía a la diosa Temis (luego se lo dejó a Apolo), sobre cómo repoblar la tierra. Encontraron el techo del templo cubierto con algas marinas y el altar frío.

¡Hay, oráculo querido! ¡No te entiendo!

La respuesta del oráculo, como era su costumbre, fue críptica: Les dijo que arrojasen los huesos de su madre por encima de sus hombros. Al principio no comprendieron la respuesta. Incluso Pirra creyó que tendría que profanar el cuerpo de Pandora. Pero luego de pensarlo un rato, concluyeron que el oráculo se refería a la gran madre: Gea. Sus huesos, por lo tanto, serían las piedras.

Así, se cubrieron la cabeza y desataron sus cinturones, en señal de respeto, y comenzaron a caminar, recogiendo piedras del suelo y arrojándolas sobre sus hombros.

Haciendo un poco de magia

Las piedras que arrojó Deucalión se convirtieron en hombres y las que arrojó Pirra, en mujeres. De esa forma, la humanidad renació y por eso las palabras pueblo y piedra se han pronunciado de manera muy parecida en muchos idiomas desde la antigüedad.

Mientras tanto, una vez que la tierra se secó, Gaia hizo brotar las plantas de nuevo. Una vez que hubo plantas otra vez, comenzaron a aparecer los animales también. ¡La Edad del Hierro había comenzado!

Bibliografía

https://es.wikipedia.org/wiki/Deucali%C3%B3n


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