Cómo muere Hércules
En esta ocasión, relataré una de esas historias de la mitología griega, que nos muestran las consecuencias de dejarse llevar por las pasiones humanas, en este caso, el miedo y los celos.
Todo empieza con un viaje
Entre las aventuras que tuvo Hércules, se le encargó descender al Hades, colocarle una cadena a un bonito perro de tres cabezas, llamado Cerbero, y llevarlo de vuelta.
En esta aventura, Hércules se encontró con la sombra de un sujeto llamado Meleagro. Este señor le hizo prometer que se casaría con su hermana, Deyanira.
Más competencia que en Tinder
Cuando regresó al mundo terrenal, Hércules intentó cumplir su promesa. No fue fácil: Tuvo que luchar contra el dios río Aqueloo, que también pretendía a la dama.
Después de superar las dificultades, Hércules y Deyanira se casaron. Tuvieron un hijo llamado Hilo. Así vivieron felices, pero no para siempre.
Alerta de buitre (¿O… caballo?)
Un día la pareja paseaba por el campo. Hércules se ausentó por un rato. En ese momento, el centauro Neso, intentó raptar a Deyanira (no hace falta que explique para qué).
Hércules llegó justo a tiempo para rescatarla. Disparó una de sus flechas e hirió de muerte al centauro.
Confianza ciega
Pero antes de morir, el centauro le dijo a Deyanira que guardara su sangre, porque si alguna vez ella dudaba del amor de su esposo, la sangre podría hacer que volviera a amarla.
Deyanira le creyó (y esto me hace pensar que no estaba tan en desacuerdo con el rapto en primer lugar) y guardó la sangre. Neso murió con una sonrisa.
Medidas desesperadas
Pasó el tiempo, y un día, Hércules trajo una amante a su casa, llamada Yole. Parecía muy enamorado de ella.
Deyanira no estaba nada contenta con la situación. Había sido el gran amor de Hércules y ahora parecía que la estaba reemplazando con esa chirusa.
Pero entonces, Deyanira recordó que tenía la sangre del centauro. Impregnó con la sangre una túnica, que Hércules usaría en una ceremonia en su honor, y esperó.
Hablemos de ropa incómoda
Pero Deyanira estaba muy lejos de suponer, que todo había sido una trampa del centauro, para vengarse después de su muerte.
Ni bien se puso la túnica, una comezón insoportable se esparció por todo el cuerpo de Hércules. Naturalmente, intentó rascarse, pero la túnica se le pegó al cuerpo y no lo dejaba respirar. En este punto, el veneno ya comenzaba a penetrar su piel.
Buscando una salida digna, Hércules subió al monte Eta, en Traquis. Allí, armó una pira y ordenó a sus sirvientes que la encendieran.
Al principio, ninguno de los sirvientes se atrevió a encender la pira. Pero viendo cómo su amo sufría, finalmente, uno de ellos, llamado Filoctetes, la encendió. En agradecimiento, Hércules le regaló su arco y su flecha.
Hora de un ascenso
Hércules subió a la pira y dejó que el fuego consumiera su cuerpo hasta reducirlo a cenizas. Después de una vida de conquistar la gloria, aventura tras aventura, el héroe nacional, tuvo la muerte más tonta posible.
A pesar de todo, Hércules tuvo su final feliz: Después de quedar reducido a cenizas, su padre, Zeus, tomó su alma y la hizo ascender al Olimpo. Allí, Hércules se convirtió en un dios y Hera ya no pudo hacer nada en su contra.
Bibliografía
- Antes del Principio, de Ariel Pytrell
- Wikipedia
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